PRESENTACIÓN


Dr. Víctor Pérez Vargas


Hace 35 años, en 1976, don Ulises Odio Santos, brillante profesor, jurista indiscutible y magistrado ejemplar, tuvo el feliz sueño de que la Corte Suprema de Justicia contara con una revista propia; él quería que fuera una publicación periódica donde los funcionarios judiciales y abogados pudieran expresar su pensamiento sobre temas de actualidad, además de un medio para difundir en forma ordenada la jurisprudencia.

En aquel momento solamente sobrevivía una revista de Derecho en el país, la revista de Ciencias Jurídicas, bajo la dirección de don Jorge Enrique Romero, sucesor de don Eduardo Ortiz Ortiz en este cargo, la que ya llegaba a su número 29; la anterior Revista del Colegio de Abogados, editada durante muchos años bajo la dirección del Licenciado José Luis Pujol Portugués, ya había dejado de existir en forma autónoma.

En la década precedente, los funcionarios judiciales casi no contaban con facilidades para redactar sus sentencias. Ni siquiera existían las máquinas de escribir eléctricas. Las nuevas generaciones no saben lo que es escribir un libro o redactar una sentencia sin computadora.

Los tribunales se ubicaban, a menudo, en locales alquilados; por ejemplo –recuerdo- la Sala Segunda Penal en los altos de la cantina “La Vasconia”. Muchos juzgados estaban hacinados en un estrecho edificio frente al Almacén Uribe y Pagés, en la avenida tercera de San José. No se podía pedir a los jueces que, además, fueran escritores o juristas (aunque es innegable el aporte jurídico de sus fallos y votos salvados, que conformaron buena parte de la jurisprudencia que hoy sigue vigente). Ya entonces, el Poder Judicial tenía un Boletín Informativo, publicado en mimeógrafo, desde 1955, como medio de comunicación entre la Corte y todos los servidores judiciales, para informar a éstos sobre diversos aspectos de la administración judicial y lograr que, mediante la publicación de extractos, la jurisprudencia llegara a los funcionarios. En sus últimas ediciones, el boletín incorporó algunos artículos jurídicos de destacados jueces y abogados. Ahí estaba el germen de la Revista Judicial.

Hubo algunos juicios pesimistas sobre la creación de una nueva revista jurídica. Un destacado escritor y editor nacional, oriundo de Alajuela, que luego llegó a ser rector de la Universidad de Costa Rica, manifestó su duda acerca de si habría suficientes autores de Derecho en el país, como para alimentar dos revistas. Se decía, entonces (Eduardo Ortiz) que la ciencia jurídica nacional estaba estancada desde hacía como cuarenta años, con muy pocas excepciones. Había razones para esta duda. La nueva “generación de los setentas”, apenas iniciaba su carrera judicial y docente.

Don Ulises elaboró la propuesta formal de creación de la Revista Judicial. Por unanimidad los magistrados aprobaron la idea de que la Corte contara con una publicación periódica propia, donde jueces y abogados pudieran exponer sus criterios jurídicos. Tuve el privilegio de ser nombrado Director. Aquel año (1976) se publicaron las primeras entregas.

Desde entonces, en la revista se han publicado más de de mil artículos de distinguidos juristas nacionales y extranjeros. Este sueño de don Ulises llega ahora a la edición número cien.

Hubiera querido resaltar los aportes de quienes, durante tantos años, han participado en la revista, pero sería difícil citar individualmente a cada uno. He preferido dotar a los lectores de un instrumento de búsqueda eficiente y a las nuevas generaciones del instrumento de búsqueda en aquellos números que todavía no se encuentran en versión digital, pero que tienen notables aportes de nuestros grandes juristas y están disponibles en las bibliotecas.

Estas es la razón por la cual el presente ejemplar se dedica a un ÍNDICE GENERAL, por materias y por autores, de todas las revistas publicadas, el cual fue realizado con la colaboración de los licenciados David Pérez Rodríguez y Adrián Jiménez Fallas.

Sirva la ocasión para expresar un profundo agradecimiento a los señores Magistrados Luis Paulino Mora Mora, Oscar González Camacho, Fernando Cruz Castro y Carmen María Escoto, quienes, con su estímulo y apoyo constante, han ayudado siempre a mantener motivado a este servidor y viva a la Revista Judicial.

No puedo cerrar esta presentación sin manifestar, también, nuestro agradecimiento a todos aquellos que han participado con sus colaboraciones científicas a lo largo de estos años. También, especialmente, a don José Rubén Dimas Portillo, Jefe del Departamento de Artes Gráficas del Poder Judicial y a su personal, por su eficiente labor, así como a don Marvin Carvajal y a los demás funcionarios de la Escuela Judicial, en cuya página de Internet la Revista Judicial ha logrado una amplia difusión.